jueves, 7 de abril de 2011

Fragmento del cuento Sarzan

Por Diop

Escucha más frecuentemente a las cosas que a los seres
La voz del fuego se oye
Oye la voz del agua
Escucha en el viento
El arbusto en llanto
Aquellos que murieron no partieron nunca
Están en la sombra que se alumbra
Y en la sombra que se espesa.
Los muertos no están bajo tierra,
Están en el árbol que se estremece
Están en el árbol que gime
Están en el agua que corre
Están en el agua que duerme.
Están en la choza, están en la multitud.
Los muertos no están muertos.

Escucha más frecuentemente a las cosas que a los seres
La voz del fuego se oye
Oye la voz del agua
Escucha en el viento
El arbusto en llanto
En el aliento de los ancestros muertos,
que no partieron, que no están bajo tierra,
que no están muertos.
Los que murieron nunca se fueron,
Están en el seno de la mujer
Están en el niño que llora.

Y en la brasa que se inflama.
Los muertos no están bajo tierra.
Están en el fuego que se apaga.
Están en la roca que se queja
Están en la hierba que llora
Están en el bosque, están en la morada
Los muertos no están muertos

Escucha más frecuentemente a las cosas que a los seres
La voz del fuego se oye
Oye la voz del agua
Escucha en el viento
El arbusto en llanto:
Es el aliento de los ancestros

Él dice que cada día el pacto,
El gran pacto que liga, que liga a la ley nuestra suerte:
A los actos de los alientos más fuertes.
La suerte de nuestros muertos que no están muertos;
El pacto pesado que nos liga a la vida.
La ley pesada que nos liga a los actos,
De los alientos que se mueren.
En el lecho y a orillas del río,
 los alientos que se mueven
en la roca que se queja y en la hierba que llora.
Los alientos que permanecen
En la sombra que se aclara o se espesa.
En el árbol que se estremece, en el bosque que gime,
Y en el agua que corre y en el agua que duerme.
Alientos más fuertes, que han tomado el aliento
De los muertos que no están muertos.
Muertos que no han partido.
Muertos que ya no están bajo tierra

Escucha más frecuentemente a las cosas que a los seres
La voz del fuego se oye
Oye la voz del agua…

De Los cuentos de Amadou Koumba
Birago Diop
Biblioteca de cultura popular
Editorial del sol

1 comentario:

Sil dijo...

Muy lindo texto. Esta visión de la muerte se integra completamente con la vida. Los muertos viven en -y con- nosotros