Según creían
los antiguos sumerios, el mundo era tierra entre dos ríos y también entre dos
cielos.
En el cielo de
arriba, vivían los dioses que mandaban.
En el cielo de
abajo, los dioses que trabajaban.
Y así fue,
hasta que los dioses de abajo se hartaron de vivir trabajando, y estalló la
primera huelga de la historia universal.
Hubo pánico.
Para no morir
de hambre, los dioses de arriba amasaron de barro a las mujeres y a los hombres
y los pusieron a trabajar para ellos.
Las mujeres y
los hombres fueron nacidos de las orillas de los ríos Tigris y Éufrates.
De ese barro
fueron hechos, también, los libros que lo cuentan.
Según dicen
esos libros, morir significa regresar al barro.
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