Por Carlos A.Solari
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Marita lo hace por la guita
con los bomberos del cuartel Su barrio es tan inclemente y su comparsa siempre es cruel.
Sueña con que su rollo sea
película de amores suaves.
La murga de la virgencita
ese aguijón picante y miel. Se tambalea en sus tacones no tiene nada que perder...
Nunca pudo comer del queso
sin que la trampera la aplaste.
Los coches van y vienen
y su ilusión fulana se empolva la nariz muerde el labio y va otra vez para ahogar arcadas gusto a menta junto con sus bostezos.
Sus chulos son legión
de "cucharangos" que hacen temblar de miedo su boquita.
Ay! Ay! mi virgencita.
Se maquilla la piel
para el Túnel de amor y también para su Tren fantasma (con la boquita seca)
Será el propio buen Dios
quién toca así el tambor y que ahuyenta su clientela y la aflije con tristezas.
Pilchitas de poliester
y santidad de virgen.
Milagro más, milagro menos
otra polilla en busca de la luz. La murga de esa virgencita que no quiere besar a nadie... |
jueves, 21 de enero de 2010
La murga de la virgencita
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